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Eres la/el que constantemente tiene que recordarle las citas y facturas, el/la que lo acompaña a su lado en el coche y el/la que toma la iniciativa cuando se trata de planificar y estructurar vuestra relación.
Tú planificas la mayoría de las citas.
Estás cansado/a de llevar constantemente una coraza y sentir que tienes que ser productivo/a porque sientes que la responsabilidad recae en última instancia sobre ti.
Tú tienes ciertos deseos, como casarte, formar una familia o mudarte, pero él/ella no parece escucharlos ni tomarlos en serio.
Desearías que tuviera límites más fuertes con el mundo exterior y que diera prioridad a tu relación/familia más a menudo.
No consigues salir de tu cabeza y rendirte durante la intimidad y cada vez sientes menos atracción y respeto por él/ella porque te sientes más madre/padre que amante.
No te sientes lo suficientemente seguro/a como para relajarte plenamente en tu masculinidad/feminidad y anhelas sentirte deseado/a, llevado/a y amado/a
A menudo haces cosas que en realidad no te apetece hacer en absoluto porque «alguien» tiene que ocuparse de ello. Tu miedo es tener que cargar con ello sola/o de nuevo.
A menudo te sientes decepcionado/a porque crees que él/ella no te oye, ve o siente de verdad.
Y comprendo que te agote sentir constantemente que eres tú quien tiene que dirigir y asumir la responsabilidad en la relación.
Sin embargo, no nos damos cuenta de la influencia que tenemos que ejercer para ser su mayor inspiración, motivación y apoyo para que él/ella crezca y se dedique más al matrimonio.
Porque créeme, él/ella no quiere nada más que proveerte, guiarte, amarte y liderarte…
Lo único que quiere es que te abras, seas feliz y confíes…
Pero la principal razón por la que se está conteniendo es probablemente porque tú te has puesto en su lugar, manteniéndole inconscientemente insegura/o, pequeña/o y/o dependiente.
Es hora de dejarle/la entrar de verdad.
«Vivir una vida matrimonial más feliz, con mejor comunicación, en la que se reconozcan mejor las necesidades de cada uno y donde se experimenta seguridad emocional, reconocimiento y alegría.”
Si le/la encuentras pasivo/a, irresponsable o poco fiable, lo más probable es que haya llegado el momento de reflexionar y darte cuenta de que tú mismo/a puedes ser el mayor problema de la relación. La mayoría de las personas no son conscientes de hasta qué punto desaniman y «castran» a su pareja, en lugar de inspirarlos/las para que asuman su rol con alegría y amor.
El control y la intimidad profunda son opuestos. No pueden existir al mismo tiempo. El control es lo contrario de la intimidad. Los dos no entran por la misma puerta. Mientras nosotros estamos ocupados intentando tomar el control de nosotros mismos porque nuestros maridos/mujeres no lo hacen – les privamos de ese mismo lugar y de todo lo que necesitan para cumplir ese papel PARA ti.
“Sólo cuando di un paso atrás y empecé a entender realmente cómo apoyar a mi marido, nuestra relación empezó a florecer paso a paso. Todas las cosas por las que me esforcé tanto y que en realidad anhelaba en aquel momento se hicieron realidad. Mi marido asume la responsabilidad de marido y padre, vive su misión, antepone el cuidado y la presencia emocional para nuestra familia, y me proporciona toda la seguridad y el amor que necesito para que pueda rendirme y hundirme en mi feminidad.
Desde hace años, tenemos la oportunidad de acompañar a muchas parejas que se reconocen en esta historia, con el mismo resultado. La medida en que podemos experimentar intimidad en nuestra relación con un hombre es un espejo de la medida en que estamos dispuestas a renunciar al control. Y esa intimidad es exactamente lo que le impulsará a ir hasta el fin del mundo para satisfacer tus deseos, hacerte sentir amada y guiarte como nunca antes. Le concedo a toda mujer que experimente esto, porque creo que así es como debe ser una relación o un matrimonio. Deseo que todas las mujeres experimenten esto, pero esto sólo es posible si estamos dispuestas a enfrentarnos a nuestros propios desencadenantes y asumir nuestra propia responsabilidad en nuestra contribución.”
¿Y si su falta de liderazgo refleja tu falta de entrega?
Anhelas un hombre/una mujer que te diga ‘yo me encargo de esto, cariño/a’ incluso antes de que tengas que pedirle nada.
Anhelas su liderazgo, responsabilidad, iniciativa y compromiso….
Pero, sobre todo, una relación en la que te sientas como en el refugio más seguro, íntimo y cariñoso del mundo, donde puedas hundirte y rendirte, en lugar de tener que asumir constantemente el control y la responsabilidad.
Tanto si estás soltero/a como si tienes pareja o vas a casarte pronto: estáis preparados para ser llevados y recibidos por la otra persona.
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Te enviamos un cuestionario en el que analizaremos lo que te pasa y así te conocemos un poco mejor.
A continuación, planificamos un primer encuentro para conocernos. Y después, usted decide si desea seguir trabajando con nosotros.
Si decides que sí, elaboramos un plan con el enfoque de las sesiones y los acuerdos a los que llegamos contigo o con vosotros.
Empezaremos a trabajar en sesiones de 1 a 1 hora y media y acordaremos juntos la frecuencia.
Nos alegramos cuando os acercáis el uno al otro y es un honor ver a las parejas completar un viaje con un enfoque renovado y una alegría, una paz y un amor mutuos renovados.